El equipo para la industria gastronómica es fundamental para el éxito de cualquier negocio, ya que influye directamente la durabilidad y la calidad de los alimentos. Uno de los puntos más importantes es la higiene, sin duda, es uno de los puntos que toma en cuenta cualquier comensal. El acero inoxidable es casi siempre la opción obligatoria en estas áreas, gracias a su inalterabilidad. Cada aleación tiene sus propias fortalezas y desventajas, que requieren una elección cuidadosa entre los cientos de variaciones de este material.
Por ello, a continuación, te diremos algunos materiales y sus especificaciones en uso, que pueden ser excelentes opciones y así tomes una decisión informada. En la industria conservera, las aleaciones más utilizadas son AISI 316 y AISI 430.
Acero inoxidable AISI 316 316 es un acero inoxidable austenítico con un alto contenido de cromo y níquel. Como casi todos los metales, tiene un rango de temperatura de uso superior al solicitado por la preparación de alimentos.
Este acero es particularmente adecuado para el contacto con alimentos porque tiene una alta resistencia a ácidos, bases y cloruros, como la sal. Otros aceros inoxidables austeníticos (como el 304) pueden desarrollar picaduras fuertes. El 316 es inmune a este tipo de corrosión y por esta razón es adecuado para casi todas las aplicaciones.
Acero inoxidable AISI 430 desde la perspectiva de la metalurgia, el acero inoxidable AISI 430 es muy similar al 316. Tiene el mismo contenido de cromo, pero tiene un contenido de níquel más bajo, esto es lo que lo hace menos caro.
Otra diferencia importante es que el AISI 430 es una aleación ferrítica, es decir, es magnética. Las aleaciones ferríticas tienen una resistencia muy alta al agrietamiento por corrosión de baja tensión, es decir, la formación de grietas en presencia de esfuerzos mecánicos en ambientes corrosivos.
El acero inoxidable 430 también resiste excelente los ácidos orgánicos y al ácido nítrico, por lo tanto, se usa en contacto con alimentos ácidos.
Tiene excelente resistencia a la oxidación y a las sustancias que contienen azufre. Por otro lado, debido al bajo contenido de níquel, esta aleación no es muy resistente a la reducción de los ácidos contenidos en algunos alimentos.
¿Cuál es el acero que recomendamos para la industria alimenticia?
En general, AISI 316 es la mejor opción para maquinaria y contenedores para las industrias de conservas y catering. Su capacidad de resistencia a la sal y a los alimentos ácidos como los tomates y los cítricos, lo convierte en un material excelente. Para aplicaciones menos críticas, el AISI 430 puede ser un compromiso más barato, pero igual de válido.
Independientemente de la aleación utilizada, es importante utilizar un acabado de baja rugosidad, como el que se obtiene al lustrar o lustrar electrolíticamente. La eliminación de micro asperidades reduce el riesgo de agrietamiento y corrosión, y facilita la limpieza.
La superficie estable aporta un extra de higiene: un factor de suma importancia es la capa de óxido lisa, protectora y estable que se forma por su contenido en cromo y se ocupa de que los aceros inoxidables sean resistentes a la corrosión. En resumen, eso significa que el material base no resulta afectado al estar en contacto con alimentos. Además, el acero inoxidable es muy fácil de limpiar, por lo que los microbios y las bacterias no tienen ninguna superficie de ataque y la higiene es bastante más elevada.
Otra ventaja del acero inoxidable en relación con la higiene es el efecto del acero inoxidable en los alimentos, ya que no desprende sustancias ni partículas nocivas que puedan contaminarlos o modificarlos. Por todo ello, este material es la opción número uno cuando se trata de garantizar los altos estándares de higiene de la industria de alimentos y bebidas.
Ahora ya podrás tomar una decisión informada al adquirir tu equipo de industria alimenticia, en Cookinox cada uno de nuestros productos contiene las especificaciones de los materiales empleados.
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