Al momento de diseñar una cocina industrial es importante planear e identificar el flujo de los procesos para no entorpecer el funcionamiento. El proceso de lavado dentro de una cocina debe obedecer a un proceso básico.
Cuando una mesa se desocupa o cuando un plato se recoge de una mesa al ya no ser utilizado debe seguir una serie de pasos para volver a ser utilizado para un nuevo cliente. El plato debe ser llevado a la cocina a un área donde una persona debe eliminar todos los deshechos que contenga.
De manera ideal, estos deshechos son separados en contenedores para que los recolectores puedan llevárselos.
Posteriormente los platos, deben ser previamente enjuagados en el fregadero, existen varios tipos de fregaderos pueden tener duchas para hacer el proceso más ágil, inclusive, en algunas cocinas los fregaderos son muy profundos para poder lavar ollas y otro tipo de equipos. En cocinas muy grandes llegan a existir áreas de lavado tan especializadas que no se pueden poner las ollas y los platos en el mismo lugar. Cada negocio tiene sus propios requerimientos y pensando en eso existen todo tipo de muebles y equipos para cumplirlas.
Una vez que los platos han sido enjuagados, se depositan en canastillas para pasarlos al equipo lavavajilla, estos equipos son los encargados de que queden completamente limpios, desinfectados y hasta esterilizados para poder ser nuevamente utilizados. Para los equipos lavavajillas o lavaplatos también existen de distintas capacidades, distintas funciones y distintos tiempos de lavado.
Para hacer la adquisición de uno de ellos se debe evaluar cuales son las especificaciones y se pueden encontrar en distintas marcas.
Una vez que los platos hayan pasado por el lavavajillas o lavaplatos, se almacenan en anaqueles para cuando sean requeridos nuevamente estén listos para que la comida se sirva y se lleve a un nuevo comensal.